
Día Internacional de la Danza: JESÚS DOMÍNGUEZ CARDIEL
El pasado lunes, como cada 29 de abril se celebró el Día Internacional de la Danza, el motivo es para que haya una fecha en la que se pueda recordar a todas aquellas expresiones dancísticas existentes, pues no sólo es lo clásico, sino lo contemporáneo, el jazz, lo folclórico y hasta lo tradicional.
En este sentido, hoy quisiera recordar algunos pasajes sobre mi etapa como bailarín de danza folclórica, ahora como profesor y finalmente la estirpe que me sucede y supera ampliamente.
Todo se remonta al año de 2004 cuando estaba a punto de terminar mi educación secundaria, cuando el memorable maestro Manuel Hernández (QEPD) y la maestra Cuquis Zúñiga me invitaron a incorporarme al grupo de danza, pues ya formaba parte de la rondalla en su Compañía de Artes Escénicas. Ahí estuve por dos años más y aprendí las bases esenciales.
Después, cuando cursaba el bachillerato me incorporé al grupo de Danza Mexi con la coordinación de la maestra Lourdes Rodríguez, esa fue mi primera experiencia de más exigencia, pues en el concurso del subsistema ganamos el nivel estatal con la representación de las Vaquerías de Yucatán.
A mi egreso ya era el año 2007 y fui con un buen amigo a la Compañía de Danza Folclórica del Estado de Zacatecas dirigida, hasta la actualidad, por César Lara Bañuelos. Recuerdo que llegué a una presentación que tuvieron en el Centro Platero y le dije, “¡Quiero entrar a la Compañía!”, él me contestó, “¡Qué valiente, adelante!”.
Ya después me puse de acuerdo con mi amigo Toño y me indicó los horarios y que tenía que ir a los ensayos especiales, es decir, como clases extra que permitían no sólo aprender el repertorio sino la técnica dancística en general.
Ahí estuve desde ese año hasta el 2012, pero las vivencias fueron enormes, pues había funciones de manera cotidiana, además viajes nacionales e internacionales y ensayos que consolidaban a esa generación. Ahí hice muy buenos amigos, como Kiri, Osbaldo, Toño, Edgar y algunos más; pero también ahí conocí a mi esposa. De lo que más recuerdo en esa etapa fueron las giras a Cuba, Francia y España, pues son experiencias que marcan para siempre.
Por cuestiones personales, en el 2012 y después de haber cubierto un interinato docente en el Grupo Mexi, tuve la suerte de obtener el primer lugar regional, ahora como maestro con las Polkas de Chihuahua. Ese momento se podría marcar como el final de mi carrera de bailarín.
No fue hasta el 2018 cuando en mi actual centro laboral tuve la oportunidad de abrir un grupo de danza que poco a poco se ha fortalecido y consolidado, pues los futuros profesores a los que formamos, tendrán las posibilidades de abordar su labor de manera integral. Además, estamos a punto de viajar a la ciudad de Bogotá a presentar nuestro trabajo.
En cuestiones familiares, desde el 2016 mi hija Renata ingresó a tomar clases de ballet en la Academia de Ballet Gina Ramos y desde el 2020 en el grupo formativo Inside, espacios conjuntos en donde ha obtenido una excelente preparación que le ha permitido presentarse en escenarios importantes del Estado y asistir a concursos internacionales de danza clásica y ganar medallas de oro, plata y bronce en varias oportunidades, por eso agradecemos a su maestra Gina Ramos y al profesor Hugo Pinales. Sin duda su vida está ligada a la danza y la hace feliz.
Finalmente, el baile permite librar tensiones, conocer personas y muchas cosas más, por ello, hay que hacerlo cotidianamente. ¡Feliz Día de la Danza!