
¿Dónde estabas papá? ¿Dónde estabas mamá?
El sentir
¿Te has sentido alguna vez vacío?, ¿has sentido que necesitas que alguien te sostenga o te sorprendes buscando ese sostén con frecuencia en otras personas?, ¿te has sentido huérfano en momentos? O, ¿Has llegado a sentir una ira, que pareciera irracional cuándo no obtienes lo que esperabas de otros? Hoy vamos a compartir acerca de estas sensaciones, que muchos hemos sentido y, que muchas veces, desconocemos el origen profundo que pueden tener.
La experiencia
Me encontraba en mi entrenamiento como psicoterapeuta, cuando alguna vez escuché a una maestra decir: “los padres siempre dan el 100%, es decir, ese padre o madre, con esa historia y con su nivel de consciencia, aportó el 100% que tenía para ti”.
Obviamente, cuando uno escucha eso por primera vez, de inmediato se incomoda, porque pareciera que no concuerda con la realidad de la historia propia que hemos vivido, sin embargo, consideremos esto como una posibilidad, aunque sea lejana.
En otros entrenamientos obviamente llegue a escuchar, que “somos hijos del amor”, que la vida se abre camino de muchas maneras y que lo importante es que estás aquí vivo y que algo “muy bueno”, hicieron tus padres que para que sobrevivieras y estés con vida.
No cuestionarnos acerca de ello, hace que sigamos sosteniendo nuestros pensamientos, sensaciones y emociones diciéndonos a nosotros mismos: “que los padres aún nos deben (y lo cobramos de muchas maneras)”, “que algo faltó”, “que pudieron hacerlo mejor”, “que no fueron suficientes”, incluso “que nos hubieran gustado otros padres”.
El compartir
Escribir sobre esto, me hizo recordar algún momento de mi propio proceso
terapéutico donde le dije a mi terapeuta: “ellos, mis padres, me dieron lo que podían”, a lo que mi terapeuta contestó: “te dieron lo que había” invitándome a la reflexión de su propuesta y sus palabras.
Tan sólo pronunciarlo como ella me lo proponía se escuchaba diferente, me hacía sentir con mayor fuerza, con mayor claridad y conectando más con la realidad más objetiva.
El aprendizaje
Lo que hago cuándo me percibo sintiendo las sensaciones del primer párrafo,
recuerdo que llevo conmigo a mi padre y a mi madre acompañándome, que recibí suficiente y que puedo hacer las cosas por mí mismo, tomando poco a poco “la responsabilidad de mi vida”.
Obviamente siempre les digo que ir a terapia es lo mejor que pueden decidir hacer.
Concluyendo
Decirnos a nosotros mismos: “si recibí”, “me dieron lo que había”, “es suficiente lo
que me dieron para continuar mi vida”, “tomo a mis padres con lo bueno y lo menos bueno (propuesta de las constelaciones familiares)”, “doy gracias por lo que aportaron para mi evolución” y, “de lo demás me encargo yo”; nos coloca en una posición en la que salimos de la carencia y de la victimización y, nos permite encarar la vida desde otro lugar, sintiéndonos agradecidos, suficientes, acompañados, y que depende de nosotros mejorar nuestra realidad e ir por nuestras metas enfocados y concentrados.