
Economía de la prevención en salud: ALFREDO SALAZAR DE SANTIAGO
En un mundo donde los sistemas de salud están bajo presión constante debido al envejecimiento de la población, el aumento de enfermedades crónicas y la pandemia de covid-19, la economía de la prevención en salud emerge como una estrategia vital. En este contexto, México se encuentra en un momento crucial para implementar políticas que promuevan la prevención como eje central de su sistema de salud.
La economía de la prevención en salud se fundamenta en la premisa de que es más rentable prevenir enfermedades que tratarlas. Esta perspectiva implica un cambio de paradigma, desplazando el enfoque tradicional de la atención médico-curativa, hacia medidas que reduzcan los riesgos de enfermedades y promuevan estilos de vida saludables.
En México, un país donde la carga de enfermedades crónicas como la diabetes, la hipertensión y la obesidad es significativa, adoptar la economía de la prevención en salud es crucial. Actualmente se estima que una gran proporción de los adultos mexicanos padecen sobrepeso u obesidad, condiciones que aumentan el riesgo de enfermedades cardiovasculares y diabetes. Esto no solo afecta la calidad de vida de la población, sino que también ejerce una presión económica considerable sobre el sistema de salud.
Una de las estrategias fundamentales para establecer la economía de la prevención en salud en México es la promoción de hábitos de vida saludables desde una edad temprana. Esto implica la implementación de programas educativos en escuelas que fomenten una alimentación balanceada y la práctica regular de actividad física. Además, es crucial impulsar políticas públicas que regulen la publicidad de alimentos y bebidas poco saludables, así como la disponibilidad y acceso a espacios públicos para la práctica deportiva.
Otra estrategia es fortalecer la atención primaria de salud. Esto incluye la capacitación y contratación de más personal de salud, especialmente en comunidades rurales y marginadas, donde el acceso a servicios de salud es limitado. La atención primaria no sólo permite detectar y tratar enfermedades en etapas tempranas, sino que también brinda la oportunidad de promover la prevención a través de la educación y el asesoramiento personalizado.
Asimismo, es fundamental incentivar la investigación en salud pública y epidemiología para identificar los factores de riesgo específicos de la población mexicana y diseñar estrategias de prevención adecuadas. Esto incluye la colaboración entre instituciones de investigación, el sector privado y el gobierno para desarrollar políticas basadas en evidencia científica y adaptadas a las necesidades locales.
Por último, pero no menos importante, es necesario promover la colaboración entre los diferentes actores del sistema de salud, incluyendo el gobierno, el sector privado, las organizaciones no gubernamentales y la sociedad civil. Sólo a través de un enfoque integral y coordinado se pueden implementar políticas efectivas que promuevan la prevención en todos los niveles.
Por lo tanto, es momento de que México adopte una política basada en la economía de la prevención, ya que es un enfoque prometedor para mejorar la salud de la población mexicana, al tiempo que se reduce la carga económica asociada con el tratamiento de enfermedades prevenibles. Al tiempo.