
El escudo de armas de José Sarmiento de Valladares Conde de Moctezuma Salvador Lira
La palabra emblema –como lo han referido diferentes autores por ejemplo Salvador Cárdenas Gutiérrez– para el siglo XVI significaba al menos dos senderos interpretativos: el primero a las identificaciones simbólicas heráldicas con valores de carácter familiar y militar; y el segundo a la configuración artística literaria con la partición entre pictura, pöesis y mote. Ambos tipos de producciones simbólicas tuvieron una enorme reproducción en distintos espacios pictóricos, literarios, artísticos, por mencionar algunos.
En esta ocasión nos referiremos al primer tipo de acepción, el de las representaciones heráldicas de valor militar y familiar. Tales fueron reconocidos sobre todo con el nombre de “escudo de armas”: configuraciones iconológicas con la integración de motivos judeocristianos y grecolatinos. Su función fue, en principio, la de identificar reinos, casas, títulos nobiliarios y/o familias, que representaban diversas virtudes y acciones, según el lugar de origen, méritos o tipos de aspiraciones. Los escudos de armas se ponían en diversos espacios, por ejemplo, retratos, sellos, identificaciones de casas, banderas o dedicaciones en impresos. En el contexto de la fiesta barroca, muchos de éstos eran configurados en arquitecturas efímeras para identificar la filiación y lealtad.
Lo cierto es que varios escudos de armas guardan enormes cualidades simbólicas de gran calado. Destáquese el de José Sarmiento de Valladares, 32º virrey de la Nueva España, de 1696 a 1701, último representante regio de la casa de Austria. Tal personaje nació en San Román de Saxamonde en 1643 y falleció en Madrid en 1708. Fue el primer duque de Atrisco y conde consorte de Moctezuma de Tulengo, gracias a sus nupcias con Jerónima de Moctezuma Jofré de Loaysa y Carrillo, quien heredó el título nobiliario del emperador azteca al ser su cuarta nieta.
Su escudo de armas se compone de un típico conjunto de cuatro partes, que se alterna entre identificación familiar, junto a una columna grabada y dos mamíferos.
Está plenamente adornado con banderas y es laureado por una corona. Su detalle de mayor calidad es que el escudo de armas está precedido por la cruz de Santo Santiago, quien además aparece en la parte superior de la corona en su representación militar.
Tal representación puede encontrarse en diversos espacios artísticos. Por supuesto, aparece en su retrato de Estado, que se ubica en la parte superior de manera colorida. Ahí, se puede apreciar el conjunto de colores y detalles que destaca su heráldica. También aparece en la dedicación del sermón fúnebre al arzobispo Francisco de Aguiar y Seijas, sin color, aunque con mayor hechura en texturas.