Las cuerpas hegemónicas
Las influencer de hoy en día son un aparador de la cultura pop, donde vemos representadas muchas realidades, la gran mayoría de ellas privilegiadas, lejanas de la crueldad de la discriminación, violencia, pobreza y circunstancias que no son de presumir en Instagram.
Ellas muestran el consumismo y la superficialidad, pero también ponen en discusión temas polémicos e incluso pueden llegar a ser activistas de redes sociales con influencia es sus seguidores.
El movimiento de body positive se refiere al normalizar cuerpos que no cumplen con los estereotipos hegemónicos donde la belleza, sobre todo la femenina, cumple con estándares muy exigentes en cuanto a la delgadez, el color de la piel y las facciones que se deben tener para ser consideradas bellas y agradables a la opinión de hombres y mujeres. Este movimiento revoluciona esta idea y normaliza las imperfecciones como personas que se encuentran fuera de los estándares socialmente aceptados.
Más allá de un asunto de amor propio, el movimiento encabeza la lucha de no discriminación de las personas por su apariencia, pues no se trata de las inseguridades que podamos tener sobre nuestros cuerpos, las lonjitas o los granitos, se trata de la respuesta de la sociedad y las instituciones respecto de las apariencias de las personas, pues quienes son sujetos políticos de estos movimientos, son las personas que son discriminadas en el ámbito laboral, al recibir servicios de salud, las que reciben un trato diferenciado en las instituciones, que son violentadas psicológica o físicamente y todo esto, sólo por no tener cuerpos hegemónicos. La legitimidad del movimiento no tiene duda, todos aquellos cuerpos disidentes que son víctimas de alguna discriminación o violencia, deben ser escuchados y les corresponde exigir a instituciones y a la sociedad en general el respeto de sus derechos.
Una influencer reconocida, basándose en sus légitimas inseguridades, trató de sumarse al movimiento mostrándose en poses incómodas donde, forzándose, se le lograban salir rollitos de piel con algo de grasa y diciendo que es normal no verse perfectas todo el tiempo; siendo ella una mujer delgada, blanca y de un status social alto, provocó que fuera blanco de críticas al “colgarse” de una causa que no le corresponde.
Este no es un caso aislado, también hemos visto a los “feministos”, hombres que pretenden sumarse a un movimiento de mujeres que no les corresponde, a los “whitexicans”, que hablan de discriminación racial siendo ellos privilegiados, o en otros movimientos sociales, a estas personas me dirijo para decir que muchas veces el respeto a estos movimientos, implica el dar el espacio para que sean las voces de las personas afectadas las que protagonicen, hacernos a un lado, es una de las actitudes más solidarias y responsables si queremos ser activistas.
Los movimientos políticos como el body positive, el feminismo o cualquier otro, requieren de congruencia y de dar cabida a las personas que han sido víctimas de violencia y requieren espacios para ser visibilizadas, escuchadas y reconocidas; a veces como dice mi madre, ayuda más el que no estorba.