
“Pal trompo… son las cuerdas”
Alfredo Salazar de Santiago
Estamos viviendo una condición donde no hay evidencia científica que explique cuándo se mitigará o si tendrá una evolución favorable la crisis sanitaria que vivimos, permitiendo regresar a lo que se ha denominado “la nueva normalidad”.
Lo anterior indica que independientemente de esta condición, el mundo no puede detenerse y que, áreas como la educación, deben replantear su rumbo hacia los nuevos paradigmas que actualmente se analizan y discuten en foros nacionales e internacionales. Por lo que respecta a la educación superior y a las instituciones que la imparten como la Universidad Autónoma de Zacatecas (UAZ), se requiere abordar y anticiparse a estos paradigmas emergentes de manera crítica y propositiva, con el propósito de centrar sus objetivos planteados en el Plan de Desarrollo Institucional 2021-2025 en una armonía con la realidad en la que se vive y que se orienten en beneficio de la sociedad zacatecana a quien se debe y, que como se declara, es su “razón de ser”.
Definitivamente la crisis sanitaria del Covid-19 irrumpió de manera abrupta las funciones sustantivas y adjetivas de la UAZ, trastocando los espacios y obligando a las autoridades a plantear políticas de contingencia que permitieran prevenir y mitigar esta emergencia sanitaria, sin embargo, se puede concluir que esta condición que se ha manifestado en los últimos meses, exacerbó deficiencias y desigualdades en todos los alumnos universitarios.
Bajo este nuevo contexto, la política internacional planteada por la UNESCO, establece la urgencia de considerar a la educación superior como un bien común, y que nacional y localmente exige firmes compromisos de todos los actores involucrados generando una alianza estratégica Universidad-Gobierno-Sociedad, situación que permitirá adaptarse y responder bajo una visión integral al papel de la educación en armonía de la igualdad de derechos, justicia social, diversidad cultural, solidaridad y una responsabilidad compartida.
En este mismo contexto, es necesario explorar las nuevas oportunidades y profundizar temas insuficientemente tratados y que nadie se quede atrás en los aprendizajes, ya que a raíz de los programas de contingencia por la crisis del Covid-19 y que fueron puestos en marcha en 2020 en la UAZ, se debe ir más allá de la formación presencial y formal, más allá de los estudiantes tradicionales, la digitalización y hacia los modelos híbridos del quehacer institucional, generando procesos de transformación académica y organizacional para una reestructuración en cuanto a los métodos, actores, ambientes y modalidades que permitan su puesta en marcha y una eficiente participación en el proyecto de bienestar social tan anhelado.
Un tema no poco relevante y urgente, es una política de gestión eficiente por las autoridades, sin la participación de actores políticos que otrora fueron universitarios, mismos que mantienen cotos de poder y aprovechamiento de los universitarios con fines personales, por lo que a la institución le urge integrar equipos directivos competentes y con un perfil para sacar a flote los problemas estructurales que ahogan cada vez más a la institución. Tareas necesarias, urgentes y pendientes que permitan reencauzar los esfuerzos universitarios.