Pero diiiiicen…
Se acabó la semana, se terminó el mes y estamos a nada de que se nos vaya el año. Preparemos ya las listas para el intercambio, las posadas y los días de descanso que, aunque no sean merecidos, sí son necesarios. Pero mientras eso nos alcanza, vamos comenzando con el chismito antes de irnos a la chambita y luego al descanso que no es descanso.
Oigan y comenzamos con tristes noticias, quien lamentablemente descansó, pero en paz, fue quien estuviera como director de la policía municipal en Fresnillo. Esto no distrajo al gobernador David Monreal ni su equipo en la Nueva Gobernanza; diiiiicen que en las corporaciones de seguridad hubo mucho sentimiento porque mientras caían más compañeros de filas que no tendrán una feliz Navidad, en el Centro Histórico el gober inauguraba el Festival Celebremos con Alegría sin la sensibilidad para haber pospuesto el evento. Triste la historia de las, los y les policías en nuestro estado.
Pero más triste lo de Fresnillo, oigan; no sólo fue la desafortunada declaración más reciente de la corcholata y exsuper delegada Verónica Díaz, donde felicitó al gobernador Monreal “por hacer de Zacatecas uno de los estados más seguros” o la ocurrencia que diiiiicen posteó el secretario General de Gobierno, que bien seguro publicó, no sólo que lo lamentaba, dijo que “esta agresión es producto del esfuerzo sin tregua que se están llevando a cabo las corporaciones”. Bien sensible Rodrigo Reyes con el asunto.
Diiiiicen que la parte más lamentable es que en El Mineral siguen con muchos candidatos y pocos presidentes. Saúl Monreal abandonó el barco en busca de ser el corcholato al Senado por Morena, de poco le interesó gobernar al municipio más grande del estado y dejarlo lleno de problemas; al cabo como dijo don Bocho “ya dio”.
Por otro lado está el aún encargado de despacho (ya lleva un mes) Martín Álvarez, anda más concentrado en ser candidato a alcalde de las, los y les fresnillenses que en poder atender y mucho menos resolver las muchas broncas de Fresnillo. Diiiiicen pues que de todes no se hace uno, pues es fecha que de la terna que está en la Legislatura no se sesiona para votar y definir quién será la mujer que llegará a gobernar, obteniendo la rifa del tigre.
Pobres de las, los y les habitantes de la tierra de los Temerarios, diiiiicen que tan cerca de los Monreal y de Morena y tan lejos de poder encontrar la luz al final del túnel… sea por Dios.
Quienes me diiiiicen no encuentran ya la salida son las, los y les empresarios en la entidad; en la gestión de Rodrigo Castañeda como secretario de Economía todo va en retroceso; la zona conurbada de Zacatecas-Guadalupe, que era una que se consolidaba y desarrollaba en inversión, ahora se encuentra entre las ciudades de competitividad media-baja; ya causó estragos, pues que son más negocios cerrando que abriendo.
Adicional, para la atracción de inversión extranjera directa, nos caímos 42 posiciones; diiiiicen que del lugar 19 pasamos al 61. Nomás por ponerles algunos ejemplos oigan; al final de la historia lo único que queda claro es que los ejes tractores que se ofrecieron al inicio de la administración monrealista en el estado, nunca llegaron, se desvielaron desde la salida y no encuentran ni cómo repararlos.
Antes de irnos les cuento que, hablando de cosas que nunca llegaron, las, los y les productores del campo ya pueden estar con la certeza de que la declaratoria de emergencia por la sequía, no llegó ni llegará. Fue el propio gobernador Monreal quien reconoció que “aún se ve lejos de que se apruebe por la falta de recursos a nivel nacional”. Diiiiicen que se pasó con el premio de consolación que ofreció, pues aseguró —palabras más, palabras menos— “que si no hubo ni se aplicó una declaratoria de emergencia con el desastre que hubo en Guerrero, mucho menos lo habrá para Zacatecas”; así los tiempos de la 4T; bien triste nuestro caso.
Ya mejor nos leemos el lunes oigan, se portan mal y si se puede ahí me invitan. Eso sí, ya saben que no hay que creerse todo lo que les cuento, porque que ya se la saben, aquí todo lo que salga igual ni es cierto, nomás ¡diiiiicen, diiiiicen!