La Nota Zacatecas

Fotografía: Cortesía

EL MAGUEY, ZAC.- La experiencia se impuso a lomo de caballo a la juventud, que por costumbre es la que monta y “se la rifa” en el coleadero; esta vez los hombres de piel curtida por el sol y cabello cano, dieron muestra de lo que saben hacer.  

Los de menos edad vieron cómo sus padres, tíos y abuelos se organizaban para dar vida a la añeja tradición del coleadero en el Lienzo Charro El Maguey.

La fiesta inició al mediodía, cuando el rayo de sol caía a plomo sobre el público expectante y de los jinetes que desempolvaron sus chaparreras, sogas y sombreros anchos.

El coleadero fue de socios, es decir, sólo un selecto grupo de habitantes de esta comunidad pudo participar en la terna de colas; cada uno puso sus toros y se cooperó para pagar el tamborazo que amenizó la contienda y la tardeada en la que, jóvenes y viejos, se dieron gusto bailando.

Mientras los hombres bragados disfrutaban del ambiente campirano de esta arraigada tradición, cerca del lienzo charro se vendían antojitos mexicanos, tacos de carnitas de puerco y cerveza fría.

El fin del coleadero dio paso a la tardeada, amenizada también por el tamborazo Obsesión, proveniente de la comunidad Francisco I. Madero.  

Los fondos que se recaudaron de la venta se destinarán a las fiestas patronales de la comunidad, dedicadas al señor San José.