En la mira
Fortalecer el ecosistema académico-científico
en el Área de Ciencias de la Salud de la UAZ

Referirse a la Universidad Autónoma de Zacatecas y, en particular, a su Área de Ciencias de la Salud, implica reconocer un entramado diverso de voces, intereses y aspiraciones. Las unidades académicas que la conforman, representan un mosaico académico que, aunque otorga prestigio a la institución, enfrenta retos de coordinación, recursos y visión compartida. En este escenario, impulsar un ecosistema académico-científico con enfoque interdisciplinario —como propone la política gubernamental actual— trasciende lo académico y se convierte, sobre todo, en un desafío político.
La idea de un ecosistema académico-científico supone superar la lógica de las islas. Durante los últimos años, cada unidad académica ha trabajado desde sus propias prioridades, a menudo sin la interacción necesaria con las demás. Se pueden compartir espacios físicos, pero no siempre comparten proyectos ni acciones conjuntas.
Ahí radica el primer desafío político: convocar a un diálogo constante que reconozca las diferencias y construya coincidencias, donde la diversidad de perfiles no sea obstáculo sino potencia.
Desde la coordinación del Consejo Académico del Área de Ciencias de la Salud, el reto consiste en tender puentes y construir consensos, evitando realizar actividades aisladas y, por el contrario, establecer mecanismos de gobernanza que aseguren la participación de todos los sectores. Ahí radica el verdadero sentido de lo político: organizar la pluralidad, encauzar los disensos y alcanzar acuerdos que trasciendan coyunturas. Un ecosistema no se impone; se edifica día a día con diálogo, consensos y compromisos verificables.
El alcance de esta política trasciende los muros universitarios: la sociedad zacatecana demanda profesionales de la salud capaces de responder a sus necesidades. Un ecosistema académico-científico sólido y articulado permitiría que todas las comunidades del área trabajen para generar alternativas viables a dichas necesidades.
La política gubernamental encabezada por la Secretaría de Ciencia, Humanidades, Tecnología e Innovación (SECIHTI) plantea precisamente esa ruta: integrar a las universidades y centros de investigación en redes interdisciplinarias que fortalezcan la soberanía científica del país. Para el Área de Ciencias de la Salud de la UAZ, esto representa una oportunidad histórica: pasar de proyectos aislados a un verdadero ecosistema de conocimiento aplicado, con acceso a financiamiento, visibilidad académica y relevancia social.
Ahora bien, nada de esto será posible sin recuperar dos valores esenciales: la confianza y la credibilidad. Académicos, estudiantes y trabajadores deben sentirse parte del proyecto, no simples espectadores. Políticamente, la coordinación debe ejercer un liderazgo cercano, transparente y con rendición de cuentas. Solo así será posible que la gestión se traduzca en avances tangibles y en la consolidación de un área universitaria que no solo forma profesionales, sino que también genera soluciones para su comunidad.
De esta manera, impulsar la política de fortalecer un ecosistema académico-científico con enfoque interdisciplinario es mucho más que un alineamiento con la agenda nacional. Es la oportunidad de demostrar que la universidad pública puede reinventarse desde adentro, con diálogo, con corresponsabilidad y con visión de futuro. Y en el Área de Ciencias de la Salud, esa reinvención no es opcional: es el camino inevitable para recuperar prestigio, pertinencia y compromiso social. Al tiempo.
