Exposición temprana a redes sociales pone en riesgo el desarrollo infantil

La solución al problema es volver a lo básico: la interacción, el juego y la exploración física; la advertencia es clara: no se debe exponer a los menores de 5 años a los dispositivos móviles
NOTIPRESS
FOTO: CORTESÍA
CIUDAD DE MÉXICO.- La exposición temprana a redes sociales y contenidos digitales inapropiados puede afectar el desarrollo emocional, cognitivo y social de los menores, de acuerdo con educación y salud infantil. Según datos del Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT), 82% de los niños mexicanos entre 7 y 11 años usa internet y 69% ya tiene redes sociales, a pesar de no cumplir con la edad mínima recomendada para su uso.
Expertos del Instituto Politécnico Nacional (IPN) advierten sobre una repercusión negativa en niños menores de 5 años por la tecnología: la sobreestimulación que producen los dispositivos electrónicos, como teléfonos celulares y tablets, afecta gravemente la base del cerebro.
El uso excesivo de tecnología en esta etapa crucial puede estar generando problemas de concentración. En lugar de gatear, trepar y descubrir el mundo a través de sus sentidos, muchos pequeños están inmersos en una gratificación digital instantánea.
En entrevista, Cristina Du Solier, directora del Programa School of Character en The Wingate School, señaló «cada etapa tiene su momento. Dejar que los niños sean niños no es limitarles, es proteger su derecho a crecer sanos, felices y a su propio ritmo». Agregó incluso respetar las etapas del desarrollo infantil es esencial para su bienestar integral.
Durante los primeros años de vida, el cerebro infantil se encuentra en una etapa crítica en la cual se desarrollan funciones como el lenguaje, la empatía y la regulación emocional. Adelantar etapas mediante el acceso a videojuegos, películas para adultos o plataformas sociales puede perjudicar la identidad, la creatividad y la salud mental de los menores.
¿Cómo afecta la tecnología al desarrollo cognitivo de un menor de cinco años?
La exposición a smartphones y tablets antes de los 5 años impacta directamente en cómo el cerebro construye sus cimientos. La especialista en psicología clínica del IPN, María del Pilar Cortés Ramírez, subraya que estos estímulos instantáneos tienen un costo alto:
*Genera déficit de atención y concentración: La sobreestimulación de las pantallas impide que los pequeños logren mantener el enfoque en tareas reales.
*Retraso en el desarrollo del lenguaje: La interacción pasiva con los dispositivos obstaculiza el aprendizaje natural de habilidades comunicativas.
*Disminuye el deseo de descubrir: Sustituir la exploración por estímulos digitales reduce la curiosidad natural del niño por su entorno.
*Dificulta la adaptación social: La falta de interacción real complica que el menor establezca relaciones y vínculos con otras personas.

Estudios citados por la American Academy of Pediatrics (AAP) vinculan la exposición temprana a representaciones de consumo, como el tabaco en películas o series, con el inicio del consumo en adolescentes.
En México, cifras del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) indican que 15% de los adolescentes ha probado alcohol, mientras la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (ENSANUT) reporta que 4.6% fuma y 2.6% usa cigarrillos electrónicos.
¿Cómo evitar daños en el desarrollo cognitivo?
La solución pasa por volver a lo básico: la interacción, el juego y la exploración física. La recomendación clave de la especialista Cortés Ramírez es clara: no se debe exponer a los menores de cinco años a los dispositivos móviles.
Te dejamos algunas recomendaciones de la experta:
*Permitir que el niño conozca el mundo a través de los sentidos y la actividad física, como gatear y trepar.
Establecer vínculos afectivos fuertes: La interacción con padres y familiares construye de manera natural la base del cerebro y promueve un mejor desarrollo integral.
Promover la actividad lúdica: El juego es importante para que los niños adquieran tolerancia y aprendan a apegarse a las normas.
Incluir la tecnología sólo después de los 5 años: Luego de esta edad, puede usarse como complemento didáctico, pero siempre bajo supervisión y limitando estrictamente el tiempo.
No se trata de prohibir la tecnología de por vida, sino de entender que la interacción virtual no puede reemplazar la importancia de las actividades recreativas, artísticas y la exploración física en la primera infancia, de acuerdo con la especialista.
