La presa Milpillas, una amenaza de muerte y despojo
TEXTO Y FOTO:
LA NOTA ZACATECAS
ZACATECAS, ZAC.- La construcción de la Presa Milpillas representa una amenaza directa de muerte y despojo para las comunidades y el ecosistema que dependen del Río Atenco.
El proyecto, impulsado por el Gobierno del Estado a través de la Secretaría de Agua y Medio Ambiente (SAMA), se disfraza de solución social mientras promueve la destrucción ambiental y el desplazamiento forzado, evidenciando que el discurso de la Dra. Susana Rodríguez Márquez sobre el «cuidado del medio ambiente» es, en realidad, una sentencia contra la vida en la ribera. Represar el Atenco no es progreso; es la destrucción de la base de la existencia para todas las formas de vida, incluida la humana, a lo largo de su cauce, manifestó el Grupo en Defensa del Río Atenco.
Priorizando el capital, condenando al pueblo
La comparecencia de la titular de SAMA ante la LXV Legislatura dejó al descubierto la política hídrica del Gobierno: priorizar a unos pocos a costa de muchos. Nos preguntamos, cómo el Movimiento en Defensa del Territorio y del Río Atenco: ¿A cuál «población» se refiere la Dra. Rodríguez Márquez? ¿Acaso se está garantizando el «derecho al agua» a la «población de primera»—el corredor Fresnillo-Zacatecas o, peor aún, las refresqueras, cerveceras y mineras transnacionales—mientras se condena a una «población de segunda» que ve destruido su sustento? cuestionaron en sus redes sociales.
Esta es una política de doble moral. No es justicia social desplazar a las comunidades que serían inundadas por el embalse, ni condenar a las poblaciones río abajo a subsistir con apenas un 8% del caudal. Es un acto de despojo brutal, disfrazado de proyecto de desarrollo, que vulnera el derecho humano al agua y a un medio ambiente sano de miles de zacatecanos.
La hipocresía del Discurso de «Justicia Social»
Susana Rodríguez asegura que Milpillas resolverá los problemas de marginación de regiones como Jiménez del Teul. Es crucial preguntarse: ¿Cómo puede un proyecto que provoca desplazamiento forzado y aniquila el sustento vital ser sinónimo de «justicia social»?
Si el Gobierno del Estado realmente quisiera respetar, proteger y garantizar el derecho al agua de la población, la SAMA debería enfocarse en:
- Señalar y sancionar a las empresas transnacionales que han sobreexplotado y contaminado el agua del estado, dejándolo sin recurso.
- Detener este proyecto de destrucción y despojo.
La frase coloquial aplica perfectamente: ¡Del dicho al hecho, hay un trecho! El Gobierno debe dejar de promover la destrucción ambiental y empezar a exigir responsabilidades a quienes han acaparado y agotado el recurso hídrico de Zacatecas.
Nuestra vida no tiene precio
La negativa del Movimiento en Defensa del Territorio y del Río Atenco es firme e innegociable: ¡No a la Presa Milpillas!
Nuestra postura no es un problema de dinero o de negociación de tierras. Es un principio de vida. El río Atenco es el fundamento de nuestras comunidades. Sin ese río que pretenden represar, entubar y mercantilizar, la vida misma de nuestros pueblos no podría continuar. Por eso decimos con claridad a la opinión pública: nuestra negativa es una defensa de la existencia.

