Miércoles, la punta del cerro. La mera mitad de la semana y donde una no sabe si va o viene. Diiiiiicen que es el momento de redoblar el esfuerzo para cerrar con todo o sentir el viernes cerca para dejar que el mundo ruede. 

Hablando de rodar, quien rodó para estar por Zacatecas fue el senador Ricardo Monreal. Diiiiiicen que acudió para darle la bendición y veto para varias y varios.

Fue claro con quien se reunió y también a quien destapó; adivinaron, Saúl Monreal y a Rodrigo Reyes; diiiiiicen que ni mujeres ni apertura para quien no obedezca al “jefe”. 

Diiiiicen que fue evidente la señal, el gober David quizás ni propone, pero eso sí, el diputado Monreal es el bueno, él dispone. 

Por cierto, Dios dispuso que regresaran las lluvias, eso ha generado que en los últimos días, al gobernador Monreal diiiiiicen, le llueva sobre mojado. 

Primero fue en la zona de Jiménez del Teul donde diiiiicen, de nueva cuenta no pudo llegar, las, los y les ejidatarios, una vez más, respaldados por su barrio y las asociaciones que se han involucrado, prohibieron que llegara don gober y no pudieran realizar el evento y gira que tenían programado, ni mesas ni apoyos ni diálogos quieren. 

Diiiiicen que literal, mandaron a la Nueva Gobernanza y sus representantes “a volar” en su “Alicotero” de regreso.

Y volaron y volaron hasta Concepción del Oro, donde ¿qué creen? Diiiiicen que de nuevo corrieron al “gobierno”; ni su titular ni su equipo pudieron salir bien librados de la reunión de seguridad, porque las, los y les maestros de la Sección 58, fueron a exigir y reclamar el pago de sus adeudos. 

Me cuentan mis amiguis que ni “el más inteligente” del gabinete, ahora así le diiiiicen, pudo contener o resolver el problema. De plano, bonita manera de andar construyendo su proyecto ¿verdad? 

Ya hay quienes diiiiiicen al interior del gabinetazo y de Morena, que es “una senadora” quien anda patrocinando este movimiento para sacarle canas al buen “Rodri” ¿será?

Por lo pronto, lo único que es cierto, es que ya nos vamos. Mañana nos leemos oigan, eso sí, no se les olvide que aquí lo que les cuento no es cierto, nomás es lo que ¡diiiiicen!, ¡diiiiicen!