
Prevención de la negligencia en la atención a la salud: un compromiso de todos
En la mira
La atención médica es un derecho fundamental, pero también una responsabilidad compartida entre el personal de salud, las instituciones y la población. En los últimos años, los casos de negligencia médica han despertado preocupación, generando desconfianza y temor en la sociedad. Sin embargo, más allá de la crítica, es imprescindible analizar cómo podemos prevenir estos errores y garantizar una atención segura, ética y de calidad. La negligencia médica ocurre cuando un profesional de la salud incumple con los estándares de atención, ocasionando daños evitables a los pacientes. Esto puede deberse a errores de diagnóstico, mala administración de tratamientos, omisión de protocolos o descuidos en procedimientos quirúrgicos. En muchos casos, la falta de recursos, el exceso de carga laboral y la deficiente capacitación del personal contribuyen a este problema.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), millones de personas en el mundo sufren daños prevenibles por errores en la atención médica. En México, la Comisión Nacional de Arbitraje Médico (Conamed) recibe miles de quejas cada año, lo que evidencia la necesidad de fortalecer los mecanismos de prevención y regulación. Si bien el personal de salud tiene una responsabilidad directa en la atención de los pacientes, la prevención de la negligencia es una tarea colectiva. Algunas estrategias fundamentales para reducir riesgos en la atención médica incluyen la capacitación continua del personal de salud, la implementación de protocolos estrictos, el uso de tecnología en la atención, la transparencia y rendición de cuentas, así como el empoderamiento del paciente.
La actualización constante en técnicas, tratamientos y protocolos permite mejorar la toma de decisiones y reducir errores. Los hospitales y clínicas deben contar con procedimientos claros para cada intervención, asegurando el cumplimiento de estándares internacionales.
Además, los expedientes electrónicos, sistemas de doble verificación y herramientas de inteligencia artificial pueden minimizar errores en diagnósticos y tratamientos. Las instituciones de salud deben fortalecer sus mecanismos de supervisión y garantizar que los casos de negligencia sean investigados y sancionados adecuadamente.
La educación en salud permite que los pacientes conozcan sus derechos, pregunten sobre su tratamiento y exijan una atención de calidad. Prevenir la negligencia médica no sólo es responsabilidad del sector salud. La sociedad debe exigir un sistema médico eficiente, pero también contribuir a la cultura de la prevención.
Ser pacientes informados, respetar las indicaciones médicas y denunciar irregularidades son acciones fundamentales para garantizar un mejor servicio. Las autoridades, por su parte, deben destinar recursos suficientes para la capacitación del personal, modernizar la infraestructura hospitalaria y fortalecer las normativas de atención. Solo así podremos avanzar hacia un sistema de salud más seguro y confiable.
La negligencia médica es un problema serio, pero prevenible. Apostar por la capacitación, la tecnología y la transparencia es fundamental para evitar errores que pueden costar vidas. La salud es un derecho, pero también un compromiso que nos involucra a todos. Es momento de actuar con responsabilidad y exigir un sistema de atención digno y eficiente. Al tiempo.