TEXTO Y FOTOS:
LUCÍA DINORAH BAÑUELOS

VILLA DE COS, ZAC.- El intenso sol y el agobiante calor dieron tregua para que decenas de infantes, acompañados por sus familias, disfrutaran a lo grande el festejo del Día del Niño organizado por el ayuntamiento en coordinación con el DIF municipal.

La cita fue en el lienzo charro, que desde poco antes de la 4:30 de la tarde empezó a llenarse con niños de todas las edades; conforme llegaban recibían una pulsera roja con un número: su boleto para la rifa de atractivos regalos. 

En el graderío los adultos con los más pequeños disfrutaban el espectáculo, mientras los más grandecitos se acercaban lo más que podían al ruedo para participar en las actividades que organizaba un divertido payaso: bailaron, cantaron, compitieron…

Mientras el payaso hacía chistes, bromeaba y daba la bienvenida a Bob Esponja, en el área de gradas personal de DIF repartía, entre los peques, deliciosas nieves de garrafa. 

Pero el payaso y la nieve no era todo lo que el presidente municipal Pier Michel Ríos tenía preparado para agasajar a los más pequeños de la casa. De pronto se apersonó Cantinflas, que tras hacer piruetas, se enteró que su esposa, La Güera, se abría paso entre el respetable, haciendo gala de sus atributos entre los caballeros que apreciaban la función.

Eran parte del elenco y presentación de Los Enanitos Toreros de Aguascalientes, que pronto partieron plaza con una cuadrilla que no omitió la temida figura del hombre a caballo; se enfrentaron a una vaquilla que los hizo correr, pero y también dar dos que tres verónicas, capotazos, una chicuelina…

A medio espectáculo, el presidente Pier Michel Ríos y los integrantes del presidium,bajaron al ruedo para la primera tanda del sorteo de 50 premios. Se rifaron balones, juegos de mesa, carriolas, albercas inflables, patines, audífonos, una tablet y dos bicicletas entre otros atractivos premios. 

Luego, siguió el show… los Enanitos Toreros, cual camaleones, se transformaron en cantantes gruperos, bailarines y hasta en jugadores de futbol en un encuentro contra papás en el que el balón fue ni más ni menos que la vaquilla de la corrida.

Así transcurrió la tarde de juegos y alegría para todos, ya que al término del festejo, todos los niños recibieron golosinas y una pelota, para que ninguno se fuera con las manos vacías.