Epidemiología de la tuberculosis
Durante 2022 se notificaron 10 millones de casos de personas contagiadas por tuberculosis (TB), tomando en cuenta cifras de la Organización Mundial de la Salud (OMS) 5.8 millones fueron hombres, 3.5 mujeres y 1.3 niños. La tuberculosis en una enfermedad causada por una micobacteria llamada: Mycobacterium tuberculosis, generalmente se resguardan y atacan a los pulmones, sin embargo, también pueden dañar otros órganos como el cerebro, intestinos, y otras estructuras óseas. Al ser una enfermedad infecto-contagiosa puede transmitirse de persona a persona por medio de aerosoles, por ejemplo, si una persona contagiada tose o estornuda y si se respira el aire con esos gérmenes se incrementa la posibilidad de contraer la enfermedad.
Cuando los pacientes ingresan a los hospitales por este diagnóstico es necesario realizar una historia clínica incluyendo todos los antecedentes, así como enfermedades que presentan, y es muy común observar que las personas que tienden a desarrollar esta enfermedad sean pacientes con VIH positivo, diabetes, usuarios de drogas, con problemas de alcoholismo, tabaquismo, y/o que hayan tenido tuberculosis anteriormente y no completaron su tratamiento así que regresan por recaídas o abandono al tratamiento.
Una persona puede estar infectada por los gérmenes de la tuberculosis, pero puede presentar sus síntomas y enfermarse semanas o hasta años después, entre todos los síntomas los pacientes llegan a presentar tos (con flema o seca), tos con sangre, diaforesis (sudoraciones intensas sobre todo por las noches), pérdida de peso, debilidad, falta de apetito, estos síntomas varían según la localización de la enfermedad, por ejemplo si la TB es ganglionar entonces el paciente presentará inflamación y dolor en ganglios linfáticos, por eso la importancia de realizar los estudios pertinentes en caso de sospecha de dicha enfermedad.
Las pruebas para detectar tuberculosis varían según la localización de la enfermedad, si hablamos de TB pulmonar entonces se toman muestras de esputos, esto quiere decir que se le pide al paciente que tosa, y así poder recolectar la flema que sea expulsada por los pulmones, o se realizan tomografías/radiografías y al observarlas se analiza si se trata o no de tuberculosis, también se realizan tomas de sangre, biopsias, lavados gástricos, etc.
El tratamiento asignado oscila entre los seis y los 12 meses dependiendo de la localización de la enfermedad y el estado de salud del paciente, el medicamento otorgado son antibióticos controlados, los pacientes lo adquieren sólo por prescripción médica y acudiendo a sus centros de salud, muchas veces por el plazo del tratamiento los pacientes erróneamente optan por abandonarlo, sin embargo esto trae consecuencias muy graves en la salud ya que la bacteria se vuelve resistente, y el paciente reingresa a la unidad médica por abandono o fracaso del tratamiento y muchas veces su estado de salud se agrava a tal grado de causar la muerte.
Por todo lo mencionado anteriormente resulta muy importante que al ser trabajadores de la salud y que tengan contacto directo con pacientes infectados, se tomen medidas de seguridad adecuadas para no contraer la enfermedad, pero también hacer mucho hincapié en la importancia de continuar con el tratamiento y no suspenderlo. Otra medida que ayuda a la incidencia de esta enfermedad es lograr una cobertura universal de vacunas de BCG, contra tuberculosis, proteger a nuestro personal de salud brindándoles el equipo necesario para su protección personal, y en caso de estar en contacto con un caso positivo en necesario el uso de cubrebocas, mantener una distancia adecuada con el paciente y tener una buena ventilación.